Todos
tenemos sueños, pequeños o grandes, personales o profesionales, familiares o de
otros temas como viajes o los estudios de nuestros hijos. Lo cierto es que
independientemente de qué o sobre qué sean nuestros sueños, siempre tenemos la
posibilidad de hacer algo para alcanzarlos. Y, para hacerlo, debemos detenernos
a pensar en esos sueños y sobre todo, pensar en lo que queremos en realidad. Muchos
tuvimos sueños de pequeños; otros ya cuando jóvenes. Algunos seguimos teniendo
sueños ya cumplidos los 50 años. Y, ¿porque no? A principios de este año conocí
a un señor que vive en Canadá y que acababa de cumplir sus 70 años y quien ya
tiene su plan personal para sus próximos 25 años.
Muchas
veces no sabemos dónde nos encontramos y en este caso no me refiero a nuestra
ubicación física sino más bien a nuestro ser interior combinado con lo que
queremos alcanzar. Vemos a otros tener éxito o tener una vida mucho más
completa (dependiendo de cómo lo queramos medir) o más cosas yendo a su favor,
mientras que la gran mayoría va por un largo transitar, día tras día para
lograr ganarse la vida o mantener su ritmo de gastos. Es aquí donde uno se
tiene que detener para pensar y preguntarse ¿por qué todo parece ser tan
complicado.
La
gran diferencia entre ambos grupos, los que tienen una vida mucho más llena y aquellos
que se les pasa su vida luchando, día tras día, radica en dos cosas:
1. Las decisiones que cada uno de nosotros hagamos con
respecto a nuestras vidas;
2. El compromiso que cada uno de nosotros se hace consigo
mismo y que nos permiten llegar a ese nivel deseado, a alcanzar esos sueños que
tenemos.
Las
respuestas no son ni fáciles de dar, ni de entender, ni de explicar. Los
cambios tampoco lo son. Pero una de las cosas más importantes que todos debemos
hacer es, detenernos y pensar dónde estamos, qué es lo que estamos haciendo –
bien o mal – y sobre todo, ver en qué áreas de nuestras vidas podemos mejorar, independientemente
del punto de nuestra vida donde nos encontremos en ese momento. Y luego de
ello, debemos entender cuál nuestra actitud
hacia nuestra situación real y cuáles son los sueños que tenemos con respecto a
nuestro futuro, el de nuestra familia, el de nuestros hijos o de quienes nos
rodean.
Preguntémonos,
¿que son los sueños? El Diccionario de la Real Academia Española los define
como “Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto,
deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse” (subrayado mío).
El famoso filósofo empresarial Jim Rohn dijo en un momento que “Los Sueños son una proyección del tipo
de vida que tú quieres tener”. Todos soñamos, despiertos o dormidos; los sueños que
tenemos despiertos, los que tenemos acerca de nuestra vida y de nuestro futuro
son sueños que nos pueden dar fuerzas, energías, pasos a realizar y estrategias
a seguir. Son sueños que en definitiva nos pueden orientar hacia nuevos
horizontes.
Estos
sueños nos permitirán entrar en nuevos lugares, alcanzar nuevas metas, darnos
nuevas fuerzas. Es, en otras palabras, darnos cuenta de lo que somos, de las
capacidades y habilidades que tenemos, de entender lo que realmente podemos
hacer y alcanzar. Es muy fácil renunciar y muchos lo han experimentado.
Anteriormente dije una vez que si vemos a nuestro futuro como algo borroso,
tendremos una vida algo borrosa y viceversa; o, si por el contrario vemos a
nuestro futuro como algo bien definido, lleno de nuestros deseos, seguros de lo
que queremos, con nuestras metas y nuestros sueños llenos de nuestras ideas y
planes de cómo los queremos lograr, nuestras vidas tendrán metas y sueños más
claros. He allí la diferencia. Debemos tener metas claras para tener sueños
claros y lograr una vida mejor.
Así
como un corredor o un nadador ve la meta (muchas veces de manera mental) desde
que sale con el disparo de salida y mientras va en la carrera, ese corredor o
un nadador que llega en primer lugar se ve ganador desde el principio y se ha
preparado para ello. La preparación lo es todo, inclusive en ver nuestros
sueños hechos realidad.
Para
que realmente puedas alcanzar tus sueños y hacer que todos tus planes futuros
te empujen hacia adelante, éstos sueños deben estar totalmente claros, definidos
y, además, debes sentirlos y vivirlos. El trayecto no será fácil y habrán
muchos obstáculos en el camino, más de los que te imaginas; pero prepárate para
ellos, anticípalos. Eso es lo que te servirá llevar adelante tus sueños y es lo
que hará que tus sueños se hagan realidad. Ve la meta desde tus propios sueños.
Sé un soñador, un visionario, alguien que se ve en un futuro mejor y quien
anticipa ese futuro. Y vive tus sueños desde hoy mismo.
Decídete desde ya a Motivar
tus sueños, ya que ellos te motivarán a ti!!!
Seguiremos Motivando. Luis Vicente Garcia.
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